martes, 27 de septiembre de 2011

Vestigios de un mar en retirada (parte II)

Volvemos a la carga con  la segunda entrega de la serie 'Vestigios de un mar en retirada', donde vamos a presentar las evidencias existentes en las Peñas de Cortes de Pallás acerca de la retirada del mar cretácico a finales de este periodo. Recomiendo que antes de continuar se repase la primera parte sobre el final del Cretácico en Cortes.

En el proceso normal uno va recorriendo el campo, analizando los indicios que encuentra y formulando hipótesis. Estas hipótesis se van confrontando con los indicios anteriores y con los nuevos hallazgos y, de esa forma, puede acabar por dibujarse una idea mental acerca del proceso y el entorno ambiental en el que se depositaron los materiales. Sin embargo, creo que en este caso es más operativo hacerlo al revés, ya que sino os liaré y el resultado será peor. En cualquier caso, ya sabéis que siempre podemos ir al campo y proceder según el método detectivesco normal, que es muy entrenido cuando se llega a resultados positivos, como en este caso.

Por tanto, presentaré primero el resultado y luego los indicios que hallé sobre el terreno, de forma que veáis como van encajando las piezas en el puzzle.

Viajemos en el tiempo unos 80 millones de años hacia el pasado. En aquel momento Iberia se encontraba al final de la mayor transgresión marina de las que se tiene registro. Las aguas habían avanzado sobre el continente y se habían desarrollado extensas plataforma continentales de poca profundidad, en un mar cálido y somero. Al final del Santoniense el mar comenzó su retirada: lenta, progresiva pero inexorablemente. Y las Peñas de Cortes son una fotografía de aquel momento. Cuando las recorremos desde el pueblo y vamos subiendo observamos los ambientes sucesivos que existieron en el mismo punto. Puesto que se trata de un contexto regresivo, encontramos primero materiales propios de zonas de mayor profundidad y por encima de ellos otros de aguas menos profundas hasta que, finalmente, aparecen materiales propios de zonas emergidas.


Reconstrucción paleogeográfica de la Tierra en el Cretácico Superior.
El dedo señala la futura posición de Cortes de Pallás

En concreto, el contexto es el de una rampa carbonatada: es decir, un fondo marino que tiende con poca pendiente hacia mar adentro en el cual la sedimentación es, principalmente, controlada por la deposición de carbonato cálcico en sus diversas manifestaciones y hay pocos aportes detríticos (arena, arcilla, grava) desde el continente (perdonad la terminología, pero la podéis buscar fácilmente en internet y de paso os resultará más familiar al en futuro).

Y, sin más, una vez situados en el pasado comencemos a viajar hacia el futuro desde nuestro punto de partida  para ver como el mar se va retirando. Si bien el recorrido que sirve de hilo es el que ya mostré en la primera entrada de la serie,  voy a utilizar como complemento imágenes tomadas en un afloramiento de los mismos materiales que encontré más tarde y que se encuentra a un kilómetro de distancia aproximadamente. Allí es posible realizar un recorrido análogo al original, que he denominado de Ruhaya por distinguirlo de el de Cortes. Voy poniendo las que mejor calidad tienen y advertiré de esta circunstancia en cada fotografía.


Situación de los afloramientos estudiados

En los niveles más bajos encontramos calizas micríticas (de grano muy fino) que evidencian ambientes de poca energía, posiblemente de rampa externa. Los niveles micríticos (mudstone y wackstone) presentan abundantes muestras de bioturbación, si bien suele tratarse de pistas de reptación, tanto en superficie como perforaciones verticales. Algunas de ellas se bifurcan y otras presentan rellenos que en apariencia son contemporáneos y pueden indicar que se trata de icnitas de alimentación ya que el relleno presenta una granulometría distinta a la matriz (está seleccionado). A continuación va una batería de fotografías ilustrativas de lo que estamos hablando.

Caliza micrítica con lacacinas. Cortes de Pallás

Inés señala una galería en un bloque de un muro
 de mampostería. Obsérvese el relleno. Ruhaya


Pista de reptación de un molusco bivalvo con marca de reposo
 en el centro. Afloramiento de Ruhaya
Fijaos en particular en la última imagen. Se trata de un rastro dejado por un molusco bivalvo (una almeja) correspondiente al icnogénero protovirgularia. El animal se desplazaba por el fondo y en un momento dado se detuvo, dejando un molde de su cuerpo en el sedimento (centro de la imagen) correspondiente al icnogénero Lockeia. Posteriormente continuó la marcha.

Al continuar subiendo llama nuestra atención un nivel brechificado que parece sugerir un depósito de materiales arrastrado desde la costa (donde el carbonato del sedimento de endurece al quedar expuesto a la atmósfera). Esta costra es rota por sucesos como tormentas y arrastrada mar adentro, donde estos cantos se depositan y quedan embebidos en la matriz carbonática, adquiriendo el aspecto de un 'terrazo'. Observad lo anguloso de los clastos.

Brecha formada por depósito de materiales arrastrados desde la costa
Cortes de Pallás
En algunos puntos también aparecen restos esqueletales procedentes, quizá de bioconstrucciones. El proceso es parecido al descrito anteriormente sólo que, en este caso, la fuente de los materiales es alguna construcción biogénica, como un arrecife.


Fragmentos esqueléticos incluidos en la matriz carbonática
Cortes de Pallás

Y, de repente, encontramos una estructura que despierta enormemente nuestra curiosidad ya que destaca en el relieve tanto por su color oscuro como por forma redondeada.

Arrecife de rudistas cónicos. Afloramiento de Cortes
Al analizarlo en detalle encontramos al propietario de la concha que tanto llamó mi atención y motivó esta serie de salidas de campo: se trata de un arrecife de rudistas cónicos, radiolítidos, algunos en posición de vida (vertical) y otros inclinados. Estos animales eran grandes formadores de arrecifes en el Cretácico aunque se extinguieron al final de este periodo, al igual que otros grupos como, por ejemplo, los ammonites. Son moluscos bivalvos muy originales, con una valva inferior cónica que se fija al sustrato y una superior en forma de tapa. Su concha posee (en parte) una estructura de celdillas poligonales, que es la que se puede apreciar en esta fotografía:

Estructura de celdillas de la concha de un radiolítido.
Afloramiento de Cortes de Pallás
La acumulación de rudistas vivos, fragmentos de rudistas muertos y otros organismos incrustantes formaban el arrecife. Como ejemplo de estos últimos una fotografía de un briozoo:

Briozoo incrustante a través de la lupa x10. Afloramiento de Ruhaya
El arrecife nos indica que estamos aproximándonos a zonas de menor profundidad, batidas por el oleaje en momentos de tormentas, pero que estaban continuamente sumergidas, por debajo del nivel de la marea baja. Aquí van algunas fotos del arrecife donde se aprecian las secciones de los rudistas (aparecen como círculos u óvalos)

Secciones de rudistas cónicos. Ejemplares procedentes de Ruhaya
Otra sección. Ejemplar procedente de Ruhaya
Este arrecife ocupa la misma posición estratigráfica y puede seguirse lateralmente del orden de cientos de metros. En mi opinión se trata de un arrecife de tipo 'patch', no asociado a un talud recifal ni nada parecido.

Imagen del arrecife en el afloramiento de Ruhaya
Como véis, la profundidad del mar ha ido descendiendo conforme ascendemos la montaña. En la próxima (y creo que última entrega) encontraremos los indicios de emersión y exposición aérea.

4 comentarios :

  1. Me alegra que por fin le vayas dando forma a todo esto. Después de oirlo tantas veces creo que te ha quedado genial...

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  2. ¿Qué tal por Begur? ¿Mucha geología guai?

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  3. Hola Isaac. Tenías razón. Lo de Begur es espectacular. Descargué la ficha que me pasaste y busqué más en la zona, con lo que también baje las fichas del Castillo de Begur y de los diques de Aiguablava. Al final pude visitar los tres sitios, el Castillo más brevemente. Dediqué un buen rato a los lamprófidos de Aiguablava, disfruté un montón. También dedicamos bastante tiempo a recorrer los caminos de ronda desde Es Racó hasta Sa Riera y desde Sa Riera en dirección a Ses Negres. Estos últimos caminos son chulísimos y con gran interés, aunque es cierto que hay que ir preparado porque en algunos puntos puede ser lioso. Es increíble la cantidad de cosas que se pueden ver, rocas ígneas y estructuras intrusivas y filonianas, rocas metamórficas, rocas sedimentarias, fósiles, icnofósiles, estructuras sedimentarias...lo dicho, un gran lugar. Además, el paisaje es muy bonito. Muchas gracias por la recomendación. Por cierto, cuando organice un poco las fotografías haré una entrada al blog con las cosas que más me llamaron la atención. Un saludo!

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